Escoge bien donde estás

Una digna labor de un ser humano es preguntarse cada cierto tiempo (o todo el tiempo) ¿es este un buen lugar para que mi vida cambie para siempre? Lo que digo es, que si estás en un parque, o en la tienda, o quizá en tu casa en la más cotidiana y rutinaria de las actividades deberías considerar la posibilidad de que en un instante tu vida de un giro tan brusco que recordarías ese día para siempre.

Puede ser como una simple precaución, un simulacro para que tu mente esté preparada y llegado el momento la vida no te agarre desprevenido. Además, la idea es atractiva ¿no es cierto? Si no me crees acariciala un poco y verás cuán seductora es, que estés caminando por la banqueta y de pronto ¡Zas! el amor de tu vida ¡Zas! un meteorito ¡Zas! eres millonario o cualquier variante imaginable.

Realizado el simulacro se hacen evaluaciones de la eficiencia con la que evacuaste la plaza, o qué tan rápido pudiste terminar de comer ese postre tan rico. Quizá alguna que otra mejora y conclusiones generales, y quién sabe, tal vez cada vez puedas escoger mejor los lugares a los que vas pensando en la posibilidad de que justo en esa banca de ese parque, de esa ciudad tan pequeña mientras observabas tres palomas pelear por una miga de pan, cinco niños correr y la tranquilidad del agua, tu vida cambie para siempre.

Quizá entonces aprecies mejor la pequeña ave al cantar, o el grillo, o ese verde tan lindo que tienen las hojas de aquel liquidámbar...