Una nota sobe la hipocondria

La hipocondria es una glándula que secreta una hormona llamada quehina, está ubicada en el medio del cerebro entre ambos hemisferios. Este químico (la quehina) desata cambios importantes en el cuerpo de una persona (como suelen hacer las hormonas) que si bien no han sido muy estudiados tampoco son muy importantes.

Cuando esta glándula se inflama y segrega demasiada quehina, enfermedad conocida como hipocondrítis, se pueden presentar los más variados síntomas, haciendo de esta una enfermedad difícil de diagnosticar. Dentro del cuadro sintomatológico se encuentran dolores de cabeza, de estómago, dificultad para ir al baño, dolores musculares y óseos, irritación de la piel sin ningún signo visible, falta de apetito, fatiga, dificultad para dormir, piedras invisibles en los zapatos y un largo etcétera. Se puede concluir que se trata de hipocondritis cuando ninguno de los síntomas reportados puede ser observado por otra persona que no sea el paciente.

En general este padecimiento puede ser tratado en casa sin necesidad de acudir a un médico. Lo primero y más importante que hay que saber es que no se le debe dar ningún medicamento al hipocondriaco, en cambio trate de tranquilizarlo por la vía racional, convénzalo de que no tiene ninguna enfermedad hasta que se lo crea o se duerma. Casi siempre se puede desinflamar la hipocondria distrayendo la mente en actividades cotidianas como reír o lavar los trastes.

En los casos más severos será necesario administrar una pequeña dosis de un raro compuesto aun experimental a base de amilosa y amilopectina en una proporción de 1 a 4 en dosis de 500 mg  cada 8 horas hasta que el paciente se recupere en su totalidad. Aunque está en desarrollo como medicamento se puede encontrar de forma natural en la papa, trigo, maiz, plátano y otros alimentos de origen vegetal.