El río es mi maestro, me enseñó a escuchar
Hoy amanecí crudo, crudo de realidad, de felicidad y de tristeza. Un sentimiento de certeza me embarga al tiempo que uno de incertidumbre, la necesidad se pelea con la satisfacción, la noción de logro huele a fracaso.
Acaso sea solamente un sentir matutino, que, pasajero, me atormenta, quién sabe, sea lo que fuere no es del todo placentero.
Yo también quiero saber esperar, pensar y ayunar.