¿Y por dónde más? Nos movemos de aquí para allá sobre nuestros pies, así que libérate de ese calzado que te oprime, que ni cómodo es, y deja a tus pies respirar, sentir el aire, la lluvia y el sol. Déjalos agarrar color y ya que vas por ahí sácalos a pasear a ese pastito verde que se ve a lo lejos, mételos a ese río que se merecen una refrescada, húndelos en esa arena y cúbrelos de ese lodo. Nada te va a pasar, y quién sabe, hasta podrías descubrir de lo que te perdías por la costumbre de rodear tus pies de plástico.
La libertad comienza por los pies
Por Categulario