El canto de las 20 zebras

Parangaricutirimícuaro ¡Caray! Un abejorro rimbombante pasó zumbando. Las torres caen, el cielo se llena de hojas de colores. Mil hermosas flores se van volando, el zorro muere, se va rodando. Quisiera saber que cuanto sé no lo supiera, si al saberlo muriera. Dios jugando al ajedrez, yo, el pez, ahogando. Vállase pues volando, el canto regresa al río, el hombre, al llanto.

Pésame el pesar, veo el coche pasar. Un mundo que gira, tú que lo mueves, no lo has de tocar. ¡Ea! pues, ya está, todo lo que viene se va, o acaso el salmón ha de volver a pagar la cuenta. Sube que sube y revienta. Árbol de la vida, tierra que me ha de llevar, todo está de subida, el hueso, no debe quebrar. Figuras, fierro, nopal. Desde la alta vista, cierra los ojos el mono, y abajo los abre el mortal. Dante, dame la llave que quiero entrar, pero antes, deja salir al Jaguar.